En la Ciudad, quienes se muestran como seguidores ¿lo son realmente o sólo siguen una imagen externa del grupo?


La imagen es todo

El Movimiento Rastafari logró en algunas décadas ser reconocido y conseguir adeptos en casi todo el planeta, pero algunas expresiones como la local, a veces sólo siguen ciertos atributos externos y dejan de lado los principios

Los Rastas conforman un grupo que en los últimos años se instaló como un Movimiento sociocultural de gran importancia, con presencia en varios países del mundo.

Con una marcada postura ideológica, el Rastafarismo surgió en Jamaica durante la tercera década del siglo XX. A partir de ahí se expandió a lo largo y ancho de América, y los demás continentes.

La exportación del Movimiento como producto cultural, puede haber generado una vulgarización, la cual produjo que quienes se identifiquen con él en lugares lejanos al de su origen, no sigan verdaderamente los principios que se imponen. Esto hace que sean parte de un estereotipo social urbano, componiendo sólo una imagen global de la realidad, que no coincide con la verdadera.

Actualmente, en la Ciudad de Buenos Aires es muy común ver un adolescente con rastas en la cabeza, una remera de Bob Marley o ropas con los colores de la bandera etíope.

A raíz de esto, la pregunta que surge es si la expresión local del Movimiento Rastafari existe como tal o si por el contrario es un estereotipo social presente en la ciudad, que sólo sigue una imagen externa del grupo, con una exageración de sus atributos reales.

Para aproximarnos al campo de estudio, es preciso señalar dónde se encuentran los denominados rastas, una cuestión poco sencilla. La mayoría de las religiones, movimientos, sectas y grupos tienen un punto de encuentro. Por ejemplo los cristianos se reúnen en sus iglesias, los judíos en sus templos y los musulmanes en sus mezquitas. Lo extraño es que el Movimiento Rastafari en Buenos Aires no tiene un lugar establecido donde se profese su culto.

En Jamaica el asunto es diferente. Allí son el grupo religioso mas fuerte del la región y los sectores ortodoxos se reúnen en comunidades cerradas donde conviven y llevan a cabo sus preceptos.

Si en Buenos Aires se quiere encontrar un seguidor, lo común es dirigirse a un recital de música reggae, y allí surgen las contradicciones. El Rastafarismo no es sólo lo que ese tipo de música refleja (look relajado, pelo largo con rastas, gorros jamaiquinos y consumo de marihuana), sino que implica una postura mucho mas espiritual y una historia particular, que muchas veces no coincide con la actitud que algunos demuestran.

En este tipo de recitales es muy común ver las características mencionadas y que por esas razones se incluya a quienes las adoptan dentro del grupo, aunque en algunos casos nada tengan que ver.

Esta confusión se dio en gran parte por la influencia de Bob Marley, quien fue el seguidor mas popular del Movimiento y se dedicó a hacer este tipo de música. A partir de allí, ambos caminos se unieron erróneamente y actualmente se presta a la confusión.

El tipo de personas a las cuales se hace referencia, son por lo general jóvenes, con una gran influencia reggae y una vida similar a la de cualquier adolescente.

Al salir de este ámbito es complicado poder diferenciar a sus seguidores (si realmente los hay), en primer lugar porque son un grupo disperso y además porque sería incorrecto identificarlos por su vestimenta o actitud.


Para saber un poco de qué hablamos

El Movimiento nace aproximadamente hacia 1930 con el impulso del sindicalista jamaiquino Marcus Garvey, quien buscaba la reivindicación de la raza negra y la vuelta al continente de sus orígenes. Años antes, una profecía transmitida por él iba a ser la piedra fundamental que fundara el Movimiento. Garvey expresa a sus seguidores que pusieran los ojos en África porque un rey negro sería coronado y la liberación estaría cerca.

Tiempo después Ras Tafari Makonnen es nombrado emperador en Etiopía tras la muerte de su predecesora, la emperatriz Zaiditu. Éste cumplía con las características que Garvey había transmitido, y así la historia comenzaba a escribirse.

Casi todos los principios Rastas tienen origen en la Biblia. De allí se toman la mayor parte de los textos, pero con otra interpretación a la cristiana. Ellos creen que Ras Tafari es la reencarnación de Dios en la Tierra, luego de Jesús.

Como principio fundamental no aceptan lo impuesto por la ideología dominante, tomando al sistema capitalista como un sistema social injusto. Dentro del grupo existen dos posturas diferentes: quienes son más espirituales y buscan la evolución de la conciencia y quienes tienen una postura más activa y pretenden la vuelta a África.

Los Rastas ortodoxos condenan el aborto, no aprueban el uso de anticonceptivos, usan ropas generalmente largas para no llamar a la lujuria y no usan cosméticos por creer que degradan lo natural de la persona.

Además muchos son vegetarianos y no consumen alcohol. Se agrupan en comunidades donde cultivan vegetales y marihuana, que para ellos es su hierba sagrada.

Por otra parte, no poseen un listado de normas, ni leyes rígidas. No tienen la estructura común de cualquier religión.

Todas estas cuestiones hacen que el Rastafari sea un Movimiento muy fuerte para la cultura negra jamaiquina y de las regiones aledañas.

La necesidad de pertenecer

Dos sociólogos y un estudiante de la UBA expresan sus razones sobre la popularidad del Movimiento Rastafari en la actualidad y la imagen creada a su alrededor, que en muchos casos es adoptada por personas que sólo pretenden aparentar algo

"Los estereotipos son formas que tienen las personas y los grupos de personas de identificarse y de identificar a los demás. Puede ser mediante hábitos, costumbres, creencias y todo lo relacionado con la cultura. Tiene que ver con un estilo de conducta, de vestirse, de hablar, de pensar, de comportarse frente al otro", dice el sociólogo Ignacio Delgado.

Para empezar es pertinente aclarar qué es un estereotipo. La definición anterior arroja que es muy importante la visión del otro. Uno se comporta de tal o cual forma para demostrar ser parte de algo. Según la Real Academia Española es una imagen o idea aceptada comúnmente por un grupo o sociedad. Para ir más allá, cabe definirlo como exageraciones inflexibles de las tendencias o atributos reales.

Lucas Sosa es estudiante de sociología de la UBA y sobre la cuestión agrega: "Es una imagen muy regular en una sociedad. En general siempre va a haber diferencias entre lo que una persona interpreta de un estereotipo en particular, pero el imaginario común va a mantener una regularidad de características esenciales.

A este aporte se le podría agregar que el estereotipo conforma una imagen global, más pasional que real, con que se pretende definir a la generalidad de los individuos de un grupo social.

Con una primera aproximación hacia estos términos, la pregunta que surge es: ¿Qué necesidades llevan a una persona a adoptar un estereotipo?

La mayoría de nuestros entrevistados coinciden en que el ser humano en todas las culturas, regiones, países y continentes tiene la necesidad de pertenecer y eso hace que se sienta mas seguro, que no esté solo, que busque compañía. Siempre con la condición de encontrar personas que compartan ciertos valores o ciertas creencias.

“Si posamos la vista hacia el lado opuesto, es decir, en quienes observan a los que forman parte de un grupo, las necesidades de estos por encasillarlos en un estereotipo se dan en pos de facilitar la manera de pensar sobre el otro”, expresa Sosa.

Esto demuestra que la idea de creer en la existencia de los estereotipos se ve alimentada no solo por las personas que forman parte de esta categorización y que inconscientemente hacen su aporte, sino que en muchos casos el concepto se ve alimentado por quienes observan el fenómeno y necesitan identificarlo con algo. En algunos casos el desconocimiento del tema y el hablar desde la ignorancia, puede generar equivocaciones y errores en estas clasificaciones.

Todos estos asuntos están relacionados con la idea de la imagen. Delgado afirma que en algunos casos uno tiene una vida donde el grupo lo forma a la persona en un ámbito profesional, espiritual o intelectual. Allí hay un contenido, un aporte mutuo del grupo hacia la persona y de la persona hacia el grupo. Hay otras cosas que son más pasajeras y tienen que ver con la moda. Estas últimas satisfacen otros intereses y otros deseos, pero son efímeros. En ciertos casos es difícil diferenciar los grupos que realmente buscan una formación para sus miembros y los que no. La imagen puede persuadir y producir confusiones, pero la realidad es que cuando un grupo centra su importancia en lo visual, deja de lado lo esencial. Esto se da en gran parte porque no hay contenido mas allá de lo que se ve.

De todas formas hay algunas relaciones en ambas posturas. Los dos reconocen la interacción de miembros con características similares, y cuando estos funcionan como conjuntos pertenecientes a una misma clasificación, se denominan grupos de pares.

Por otro lado, cuando se aborda esta temática es común escuchar que los estereotipos son una forma inferior de pensamiento por no coincidir con la realidad. El sociólogo Andrés Vallejo sostiene que no se trata de inferior o superior, que los estereotipos no son buenos ni malos, sino necesarios para la interpretación de la vida cotidiana de los sujetos que viven en una sociedad determinada. Por su lado, Sosa agrega: "Hay ciertos momentos en la vida que uno necesita sentir que forma parte de algo, sobretodo si te pones a pensar en los estereotipos urbanos de hoy en día, donde la mayoría son todos adolescentes. Es mas un momento, en donde uno se siente perdido, desaferrado de la vida y de repente encuentra un lugar en donde cree que son todos iguales a uno".

En el caso de los adolescentes es muy común que se adopten valores de un grupo al cual se aspira pertenecer, ya que puede servirle para conseguir elevación dentro de ese ámbito y facilitar su adaptación una vez que llegó a formar parte de él.

Inferior o no, a este término por lo general el común de la sociedad lo asocia con algo negativo. Delgado dice que es por prejuicio, que en general en la sociedad hay mucho de esto. Como los adolescentes tienen esta cuestión de buscar identidad constantemente, sufren prejuicios. La gente piensa mal de alguien porque va a recitales o a la cancha, y se creen que ese es un vago que no estudia y anda en la droga. Por su parte Sosa expresa: “Siempre va a tener una connotación negativa la palabra, pero no tendría porque tenerlo, si lo pensás fríamente no tiene nada de malo tener características comunes con otros”.


El estereotipo Rasta

En los últimos tiempos las tribus urbanas tomaron una considerable importancia dentro de las grandes ciudades. Cada vez surgen más categorizaciones y nuevos grupos de pertenencia. El estereotipo de los Rastas se volvió muy popular en Buenos Aires, quizás por esta cuestión de que el Movimiento tuvo su origen en un tiempo no muy lejano o tal vez pudo haber sido por la relación con la música reggae, que se tornó tan importante en esta región.

“Tiene que ver con intentar mostrar un imaginario ideal sobre una realidad diferente en la que se vive. Hoy por hoy en las ciudadesmuy pobladas se vive al límite, al borde del estrés, con mucha velocidad y principalmente con falta de tiempo para relacionarse personalmente con el otro. El vínculo está en permanente peligro. Contrariamente el estereotipo del Rasta muestra una figura con tiempo, despreocupado, relajado y que posee relaciones profundas y comprometidas con el otro”, analiza Vallejo.

Sosa cree que hay cuestiones generadas por la casualidad y por la causalidad. La primera podría ser que de repente a una persona se le ocurrió pasar Bob Marley en la radio, la gente lo escuchó, otro se puso una remera de él, otro como vio la remera se puso a escucharlo, después otro al escuchar Bob Marley se interesó por su historia, se enteró que apoyaba al Movimiento Rastafari y se interesó por averiguar lo que era. Así se van formando las relaciones casuales. En el segundo caso, la causalidad sería la actitud de buscar un grupo donde haya una necesidad de paz por la situación de violencia que se vive en la actualidad.

Con miradas diferentes, los dos comparten la idea de la realidad sociopolítica actual. Una realidad que está dominada por la violencia, las guerras, la discriminación y que en vez de unir, separa. Este vacío que se produce estaría llenado completamente por un grupo que pregone la paz y trate de unir los pueblos. A pesar de que la esencia se pierda en el largo camino de Jamaica a Argentina, la idea de la unión persiste en la imagen colectiva.

-¿En Buenos Aires hay seguidores fieles del Movimiento o la gran mayoría sólo sigue una imagen?

“Hay gente que es fiel, también hay muchos otros que ni siquiera están interesados por su historia. Ellos quieren la vuelta del panafricanismo a África y lo gracioso es que acá ni siquiera hay negros. Están apoyando una causa de la cual tal vez ni siquiera son parte”, sostiene Sosa y agrega: “También están presentes los adolescentes que buscan una identidad y se hacen las rastas, se ponen una remera y seguramente al poco tiempo estén buscando identidad en otro lado. Esa gente no está identificada con el Rastafarismo, pero es un pobre pibe que está buscando un lugar donde pararse.

El hombre busca constantemente pertenecer para no sentirse solo y cuando se encuentra “aislado” dentro de un grupo puede estar dispuesto a adoptar los valores de conjuntos a los que no pertenece. Ahí es donde se produce el vacío, cuando se trata de formar parte de algo que no se conoce, sólo por querer ser reconocido.

Sobre si el Rastafarismo puede considerarse como una religión aceptada, tal como lo son el Catolicismo y el Judaísmo, los tres entrevistados coinciden en su postura. "No creo, dichas religiones tienen una historia de miles de años y de grandes seguidores, en cambio los Rastas conforman un Movimiento con una historia ‘nueva’ por decirlo de alguna manera", expone Vallejo. Por su parte Delgado dice que no los ve en América latina y en Argentina como a una minoría importante. Finalmente Sosa sostiene: "A favor el Rastafarismo tuvo al reggae para ser reconocido. En contra, a su vez, el reggae tapó mucho a la religión. A veces uno escucha: ‘Mirá a este Rastafari’ ¿Y por qué se dice eso? Porque tiene rastas y escucha reggae. No se piensa que es Rasta porque cree en Haile Selassie. Creo que el reggae lo distorsionó mucho y ahí es donde entra en juego el papel del estereotipo".

Sobre esto se puede considerar también cuál es la referencia que se tiene de este conjunto. Existen los grupos de referencia positiva que son los que comprenden la asimilación motivada de las normas o de los patrones de grupo como una base para la autovaloración. Por otro lado, están los grupos de referencia negativa que comprenden el rechazo motivado, es decir, no solo la no aceptación de las normas, sino la formación de contranormas.

El Movimiento Rastafari se caracteriza por el rechazo de las normas impuestas, este también es un motivo que coopera para que la sociedad no tenga una buena imagen sobre ellos.

Por último, los tres expresan que acá ven muy difícil un reconocimiento como religión a futuro. Lo que creció fue gracias a la música y el Rastafarismo va a seguir creciendo a medida que ella crezca. Siempre va a ser tapado por eso, pero no va a ser reconocido como puede serlo el Cristianismo porque está asociado a un estilo musical y está identificado como un estereotipo, concluye Vallejo.

“La mayoría de la gente que se suele llamar rasta acá, no tiene la menor idea de lo que eso implica”

Agustín se reconoce como un seguidor de la filosofía del Movimiento, aunque no comparte ciertas cosas de su historia. Con algunas ideas poco aceptadas socialmente, da a conocer su forma de pensamiento.

Totalmente inmerso en la sociedad de consumo que nos rodea, llego al punto en donde debía encontrarme con mi entrevistado, mientras pienso un lugar donde ir a tomar algo para efectuar la charla.

Luego de saludarnos, sin yo poder decir una palabra, me dice: “¿Querés que vayamos al jardín de mi abuela que está acá a media cuadra?”. A pesar de sentirme descolocado por la situación, asiento y me imagino por donde podría llegar a transitar la entrevista.

“Hace mucho que no vengo por acá, pero está bueno para cuando quiero estar tranquilo y pensar”, comenta Agustín mientras caminamos por uno de los amplios jardines que tienen esas torres características del barrio de Palermo.

Agustín tiene 21 años, estudia, trabaja en un restaurante en Capital y vive con sus padres en Belgrano. Tiene un aspecto físico completamente normal –si cabe el término- y algunas ideas poco aceptadas por el común de la gente, pero valorables en algún punto.

“Mi interés por el Movimiento surge porque me parece que va mucho mas allá de una religión. Para mi el Rastafarismo es una forma de vida muy linda. Por lo general hay gente que se muestra como tranquila, pacifica, que se fuma un “caño” y no le importa nada; pero es todo lo contrario, es gente muy pensante, que reflexiona mucho”, comenta luego de prenderse un cigarrillo para romper el hielo con el asunto del encuentro.

“Estoy totalmente de acuerdo con el concepto de Babilonia, sobre el mundo donde vivimos, el sistema capitalista. Me siento oprimido por el sistema, aislado. No porque yo me aísle, sino porque él mismo me aísla y no me acepta como soy”, expresa con resignación.

Para el Movimiento, Babilonia es un concepto de crítica vital y espiritual del sistema capitalista, la sociedad de consumo, y las formas de vida alienantes en la modernidad.

-¿Qué ideas son las que te atraen del Rastafarismo?
“Me parece una manera muy linda de vivir, de convivir en armonía con el entorno, creer que somos todos lo mismo, que hay una única raza. Te hablo de un Rasta normal, no de uno ortodoxo. Para mi ellos están totalmente confundidos. Como todo ortodoxo, llevan las cosas a un extremo que termina siendo absurdo. Un claro ejemplo son los Boboshanti -la comunidad mas dogmática del Rastafarismo-, que son una cultura extremadamente cerrada y machista”.

-¿Cuáles son esas cosas en las que diferís?
“Yo en lo que difiero con el Movimiento es en su base, que es la reencarnación del último emperador de Etiopía Haile Selassie I. Los grupos mas ortodoxos creen que cuando él muere reencarna en Jah Rastafá, que es su Dios. Yo no creo en esa reencarnación, para mi Haile Selassie I era un dictador y un emperador con unas ideas muy opuestas a las mías. Que hizo cosas buenas las podemos discutir, pero yo no creo en él”.

La historia de Haile Selassie I como “Mesías” del movimiento se remonta a la década de 1930 cuando los rastas empezaron a adorarlo en Jamaica. Esta devoción surgió de la profecía del político y periodista jamaiquino Marcus Garvey, quien años antes había anunciado la llegada de un salvador que poseía ciertas características adjudicadas luego a dicho emperador. A partir de esa época la teoría de su divinidad estuvo en constante crecimiento.

Sentados en uno de los bancos del jardín, la charla fluye con total tranquilidad y sin la incomodidad común de estar interrogando a alguien sobre su forma de pensar. Agustín tiene muy en claro cual es su posición y el mundo en el que tiene que vivir lo prepara para saber que es normal hablar con alguien que no conoce o no comparte sus ideas.

-¿No crees que hay otras religiones que predican lo mismo en lo cual decís estar interesado?
“Si es así, ninguna lo lleva a la práctica. Para mi el Rastafarismo sí. Aparte no se cree en una institución, no se tiene la necesidad de un templo, de una iglesia, de nada. Entre Dios y el hombre no hay nada, es sin intermediarios”.

-¿Crees que en Buenos Aires hay grupos importantes de Rastafaris?
“No. La mayoría de la gente que se suele llamar rasta acá, no tiene la menor idea de lo que eso implica, no lleva las ideas a cabo, es mas como una imagen. Muchos lo hacen como una excusa para fumar”.

-¿Cuál es la verdadera relación con la marihuana?
“En realidad hay mucho mito, generado en gran parte por el sentido que le dio Bob Marley. Mucha gente lo toma como un icono del Rastafarismo y no es así. El era Rastafari y tenia sus ideas, pero en algunas difería con lo que predica el Rastafarismo puro. El tema de la marihuana para mi va muy unido. Muchos rastas no fuman, de hecho el ortodoxo no puede fumar, lo usa como incienso como un budista prende un sahumerio. Por lo general se suelen hacer aceites como algo purificador”.

Para cerrar el tema, agustín finaliza su respuesta con la siguiente afirmación: “La gente directamente asocia el Rastafarismo con el reggae y la marihuana. La verdad que es mucho más profundo. El reggae lo único que hizo es ser una música que produjo que el movimiento sea algo masivo y conocido en todo el mundo. Después la marihuana no es nada, es una planta. Es mucho mas importante para la gente que no la consume y que lucha por su desaparición, que para nosotros”.

Cerca de cumplirse una hora luego de comenzada la conversación, el entrevistado va a lo esencial de su idea y concluye: “Para mi la religión Rastafari acá en Capital debe ser ínfima, pero gente que le atrae el Movimiento y trata de adoptar cosas a la vida cotidiana hay mucha. Igualmente creo que la mayor parte de la gente que adopta el estereotipo, no conoce nada y eso hace que mucha otra gente que vive su primer contacto con el Rastafarismo se lleve una mala impresión por ese grupo de personas”.

El predominio del estereotipo

Marcus Garvey nunca se hubiese imaginado que el Movimiento Rastafari en la actualidad iba a tener la popularidad que tiene. Pero seguramente tampoco se le hubiese ocurrido pensar que la palabra Rasta para algunos implique algo muy distante a lo que él gestó.

Sin dudas Bob Marley fue el gran difusor del Movimiento, pero también quien cooperó con la deformación conceptual que existe para muchos. La influencia que su música tuvo y tiene, y los mensajes de paz que en ella transmite, son los que hicieron que estos dos caminos que sólo estaban conectados por la región geográfica, se unieran por mera casualidad.

Aunque es indiscutible que sin Marley el Movimiento sólo sería un grupo minoritario dentro de Jamaica con escaso reconocimiento, su acción conmenzó a confundir ciertas cuestiones.

Rasta no es el que fuma marihuana, tiene dreadlocks en la cabeza o usa una remera de Bob Marley. El verdadero seguidor de este grupo va mucho más allá de la imagen exterior, no necesita modificar su vestimenta o aspecto para demostrar pertenencia. Es algo totalmente espiritual e implica un estilo de vida, y la apariencia sólo va acompañada de su postura.
Lo que en esta ciudad (como en muchas otras aglomeraciones urbanas) ocurre, es que la mayor parte de quienes se identifican como adeptos tienen una concepción equivocada de lo que es ser Rasta, o simplemente no les importa saber lo qué es pero compran la exterioridad. Estos tienen la necesidad de sentirse parte de algo, de pertenecer. Mayoritariamente son adolescentes que buscan identidad, pero nada tienen que ver con el Movimiento.

Por otro lado también existen las personas que adquieren la imagen y siguen determinadas cuestiones de su ideología. Estos tienen una postura mucho mas aproximada a la verdadera, pero que se pierde cuando al llegar a la esencia del Movimiento se sabe que lo que los seguidores pretenden es la reivindicación de la raza negra, el final de la opresión de la raza blanca y su vuelta al continente Africano. En la Ciudad de Buenos Aires estos asuntos no tienen ningún tipo de sentido.

Luego están quienes sólo fomentan la espiritualidad y buscan vivir en un mundo mejor, sin discriminación, sin guerras y en paz. Estos son los mas difíciles de encontrar, porque si ya desde su concepción el Rastafarismo es minoritario y disperso, en una región como la local en donde la mayor parte de sus “seguidores” sigue solo una imagen y busca mostrarse, los otros son muy difíciles de identificar. Además es una postura bastante similar a la de otras religiones y no es una creencia única de este grupo.

Ante esto, están quienes observan el fenómeno y opinan. Con tanta confusión, hablar sin conocer el Movimiento, genera que el común de la sociedad denomine Rastas a quienes están totalmente lejos de serlo.

Es muy simple caer en falsedades, por la gran cantidad de mitos y comentarios sobre la relación del Rastafarismo con el raggae y todo lo que esta música implica.

En definitiva, ninguno de estos conjuntos y sus rasgos mencionadas sigue la esencia ideológica. El comprar la imagen externa y adquirir ciertas características para llevarlas a la exageración de su uso real, hace que la expresión local del Rastafarismo conforme un estereotipo social presente en la ciudad.


Fuentes de la investigación:

-Rastafaris, la mística de Bob Marley
Darío Bermudez
-Teoría y estructura sociales
Robert K. Merton
-"Reino Rasta", Rollingstone Marzo 2008
-"El homo sapiens estaba en el mundo antes de lo que se creia", Clarín, 17/2/2005
-www.ladedios.com.ar